Hay ocasiones en nuestra vida que caer, llorar, meditar, exhalar,
respirar y recoger lo único que tenemos nos alivia el dolor y nos ayuda a
continuar nuestro camino.
Muchas ocasiones las más grandes derrotas nos impulsan alcanzar lo
inalcanzable. Nos conducen a caminos que jamás imaginamos.
Mira a tu alrededor, siempre habrá alguien con peores situaciones que tu y continúan luchando hasta el final.
Si tienes que llorar, llora; si quieres gritar, grita; pero no dejes que
el dolor te consuma, libera el dolor... Sueltalo y continúa.