Thursday, August 30, 2012

Victimas de nuestro propio optimismo.




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Muchas veces por optimistas nos involucramos en una relación que desde el principio ya anda causándonos estragos y mal sabores. Pensamos que todo va a mejorar y no escuchamos las advertencias que la vida misma nos da, y decidimos de igual manera caminar descalzos por las sendas más doloras y vivimos las experiencias más desgarradoras sin anestesia.
Incluso nos volvemos tan ciegos que no escuchamos ni vemos que la propia persona nos muestra mil veces con acciones intermitentes que nos hará sufrir, que nos mentirá y que en algún momento de nuestra vida se ira dejándonos con el corazón destrozado.
Esos cambios de pensamientos, esos cambios de humor, esos celos sin fundamentos, ese deseo de gobernarnos sin tan siquiera a ver dado un paso de evolución en nuestra relación... son señales que por tercos o mejor dicho por optimistas dejamos de ver, estamos tan ciegos por amor que solo despertamos cuando el azote ya ha sido inminente.
Y ya en el suelo, ahí con el corazón hecho pedazos es entonces que todo lo que no veíamos a simple vista de repente sale a la luz como el sol en la madrugada luego de haber estado oculto durante toda la noche.
Entonces nos damos cuenta de que hemos sido víctimas de nuestro propio optimismo... Sencillamente esas acciones intermitentes ya anunciaban su muerte sin haber comenzado a gatear.
Nos envolvimos tanto en el enamoramiento que nos quedamos en esa etapa estancados. El amor es mucho más que palabras bonitas, un agradable minuto, un ramo de flores o una cena romántica.
No quieras correr cuando apenas gateas. Una relación estable y sólida no se construye de la noche a la mañana, requiere tiempo, pero sobre todo requiere de dos.
Construye tu relación con pilares y bases fuertes. Es bueno ser optimista, pero ser realista y abrir los ojos, te evitara caer en una desilusión innecesaria. 

© Ativ



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